Soy Nazaret
El Máster oficial en Sexología Clínica: Terapia Individual y de Pareja en Almería hizo que entrara de lleno en este mundo de las relaciones.
Pero antes que eso, completé mi Grado de Enfermería en Córdoba en pleno auge de la pandemia de COVID-19. Durante tres años, he tenido el privilegio de acompañar, sostener y empoderar a numerosos pacientes. Mi enfoque va más allá de las tareas clínicas, he trabajado incansablemente para conectar a estos pacientes con sus familias. “El amor, el abrazo y la escucha de tu gente cercana, es la mayor vacuna y tratamiento que pueden recibir”.
La sexología se convirtió en mi refugio, desafiando y derribando mis creencias previas. Este viaje me llevó a cuestionar mi orientación sexual, descubriéndome a mí misma. Reflexioné sobre la invisibilidad de las necesidades sexuales en comparación con otras preocupaciones sociales y sanitarias como la alimentación y el sueño. Mi experiencia como enfermera me hizo consciente de cómo estas necesidades a menudo son olvidadas, arriesgando la falta de disfrute y la incapacidad de compartir aspectos importantes con la pareja, hijos y padres.
Soy todo aquello que siento, una amalgama de experiencias que encuentro en los momentos cotidianos y las conexiones mundanas. Mi familia, cuyos cimientos han contribuido a la persona que soy hoy, ha sido la fuente de mi fortaleza. Cada uno ha aportado su granito para que yo pueda ofrecer lo que presento en mi vida diaria.
En los inviernos, las migas junto a la lumbre son instantes compartidos con mi abuela, unión con mis raíces y transmisión de tradiciones que se remontan a generaciones. Un café con mis hermanos es un abrazo al corazón que nos une, una pausa que nutre nuestra complicidad. Mis padres me recuerdan la importancia de la familia.
Mi cafetera siempre me acompaña, mi mejor confidente para todos mis proyectos. En ella encuentro la inspiración para enfrentar cada día y la compañía para reflexionar sobre mis metas y sueños.
Ser
Valores
Curiosidad, escucha y tolerancia
De estos valores parto tanto para mis vínculos personales como para mis relaciones profesionales.
Creo que la curiosidad de conocer y escuchar a la gente hace que tenga gran capacidad de análisis y de integración de nuevo conocimiento, lo cual aumenta mi empatía. La tolerancia evita que los prejuicios me paralicen para iniciar una nueva andadura.